
Ese es el sueño de la Alianza Social Indígena (ASI); o bien, de todos los movimientos políticos alternativos que quieren hacer posible otra forma de hacer política, alejada de lo tradicional y corrupto, de los linajes incrustados en el Estado y de la desmoralización de los ejercicios del poder.
La diferencia de este movimiento, frente a los muchos más que se han quedado en el intento, es que la ASI realmente se ha constituido en una opción de poder trascendental en el país. Dos de las ciudades más importantes de Colombia, Medellín y Cúcuta, tienen como alcaldes a miembros de esta alianza social y política, a saber, Alonso Salazar y María Eugenia Riascos, respectivamente.
Además, según las últimas encuestas, Sergio Fajardo Valderrama -quien surge como político bajo las banderas de este movimiento y bajo su tutela alcanza la Alcaldía de Medellín en el periodo 2004-2007- es ahora el candidato con mayores oportunidades de quedarse con la Presidencia de la República para el periodo 2010-2014, en caso de que el actual Presidente, Álvaro Uribe, no se lance como candidato.
Estos importantes triunfos políticos y electorales han causado mella en algunos sectores políticos, económicos y militares tradicionales de Colombia, lo que los ha hecho victimas de múltiples ataques verbales, acusaciones graves, e incluso, agresiones físicas.
La última de ellas, y quizá la más grave, fue la vinculación que se le dio a la Alianza Social Indígena con el Partido Comunista Clandestino Colombiano (PCCC o PC3), brazo político de la guerrilla colombiana, Farc.
En un informe de inteligencia hecho en la ciudad de Medellín por el CTI, en coordinación con la IV Brigada del Ejército, se muestra un supuesto organigrama del PC3 con los miembros de la estructura política y entre los que se encuentra la Alianza Social Indígena.
El pronunciamiento general de todas las organizaciones a las que se les vinculó con las Farc fue el rechazo total a la persecusión política que según ellos se adelanta en su contra y que está caracterizada por la macartización de las nuevas formas de hacer política y de las posiciones alternativas que nacen desde movimientos étnicos y sociales con verdaderas opciones de arrebatarle el poder a las clases sociales tradicionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario