La segunda razón por la que llegaban comúnmente las personas al barrio era por los deseos de progreso y de salir adelante; por los deseos de emplearse fácilmente en algún 'trabajito' en la ciudad para empezar a ganar plata y poder cumplir los sueños. Como Luis Enrique Gutiérrez, llegaban con el alma llena de sueños pero con los bolsillos vacíos.
Todo esto apuntó a que el barrio se convirtiera en un punto de reunión de la cultura antioqueña. Luis Enrique lo prefiere llamar la "Metrópoli Antioqueña" pues, "el barrio conglomeró un montón de gente que no éramos de aquí de Medellín, éramos todos de afuera, veníamos de Urabá, veníamos del occidente antioqueño, del suroeste y entonces todos éramos sino antioqueño, todos veníamos del campo".
Por todas estas razones, nunca hubo una planificación del barrio y por lo tanto todo era un completo desorden. A modo de anécdota, Luis Enrique me comenta que "aquí el que tenía un terrenito construía como podía. Es que ni tan siquiera un plano ni que carajos, aquí el plano era una cabuya, usted medía con una cabuya y así marcaba su lote. Por eso vos ves por ejemplo que salís de acá y allí abajo encontrás una casa atravesada; voltiás por el otro lado y encontrás un alambrado y ahí perdió la calle; y resulta que al otro lado hay otra casa, pero está entrando por el solar de 'doña julana' y así".
La ausencia de planificación fue aún más evidente en el proceso de nomenclatura. En muchas oportunidades y notando la falta de coherencia, las autoridades tuvieron que dejar a la deriva algunas calles y experimentar procesos no convencionales para poder dar un poco de orden urbanístico al barrio.
Está muy bueno Johnatan, hay suficiente reportería para hacer un buen trabajo. Me gusta la forma como lo dividiste en subtítulos y el tono cronicado.
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