
Autor: Fernando Botero
Fecha: Año 2000
Letreros en las calles de la Medellín actual rezan: “A mi ciudad no vuelve la violencia”. Vale la pena que nos preguntemos ¿Alguna vez se ha ido? O también ¿Cómo llegó?
El contexto de la violencia no es fácil de explicar, sea cual sea el lugar del que se quiere hablar. Asimismo sucede con el desarrollo de la violencia en la ciudad de Medellín. Sus causales se remontan a todo tipo de aspectos, bien sean políticos, económicos, sociales y hasta culturales.
Sin embargo, hay un conjunto de sucesos a lo largo de la historia de la ciudad que bien podrían dar bases sentadas del proceso de surgimiento y auge de la violencia en la ciudad.
Antes que nada hay que hablar del aspecto nacional. Desde los inicios de la vida republicana, el Estado colombiano no se puede jactar de haber tenido lo que algunos filósofos como Max Weber llaman “Monopolio de la violencia legítima” y que se refiere estrictamente al uso de la violencia como método usado por un Estado para mantenerse y ejercer dominio sobre la sociedad. En Colombia las armas las han dominado los gobernantes y sus opositores.
Esto genera factores de ingobernabilidad que se ven reflejados en la misma situación política de la nación. La misma historia nos recuerda que los partidos políticos tradicionales tenían un claro objeto: la eliminación del contendor para ser yo el que domine; por ejemplo, la guerra de los mil días en los inicios del siglo XX.
En el contexto estricto de la ciudad de Medellín esta situación política es, sin duda, uno de los factores influyentes, pero, no uno de los causales fundamentales de la violencia. Es, más bien, una de sus motivaciones.
Para estudiar el surgimiento de la violencia en la ciudad, es necesario que analicemos las siguientes cifras:
“Para 1951, Medellín duplicó su población con respecto a la de 1938: pasó de 168.266 a358.189 habitantes”(Datos: Contexto General de la Violencia en Medellín).
Este sustancial aumento se debió a la migración acelerada de la población rural de Antioquia a la capital del departamento, en búsqueda de prosperidad económica y, en algunos casos, huyendo de la situación de violencia política que para ese momento se acrecentaba, debido a la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
Los habitantes que llegaban a Medellín sin recursos económicos invadían territorios abandonados y allí construían sus casas; obviamente en condiciones desastrosas, sin ningún tipo de servicio público y en condiciones de vida indignas.
Sus posibilidades de conseguir empleo eran muy bajas. Era una población con bastos conocimientos en el aspecto rural, pero con nulos conocimientos de la vida urbana y los empleos de la ciudad. Una población poco competitiva que a falta de recursos ve en la informalidad una manera de conseguir el dinero necesario para subsistir.
Este factor era generador de una exclusión social clara. La pobreza y el desconocimiento por parte de la administración local que, en general, les negaba la posibilidad de tener servicios públicos y en algunos casos les obligaba a abandonar los predios invadidos por pertenecer a particulares, fueron motivos que empezaron a causar mella en esta población migratoria.
La iglesia y los partidos políticos se solidificaron como estamentos de inclusión social. El párroco de cada Iglesia se convierte en el referente barrial, mientras los partidos políticos aprovechan la situación para hacer su proselitismo en cada uno de los barrios y juntas comunales.
La violencia para la década del cincuenta y principios del sesenta se simplificaba en algunos casos aislados. El problema crecía bajo las sombras de la creciente ciudad.
Espera próximamente la segunda parte de este especial: Historia de la violencia en Medellín.
El contexto de la violencia no es fácil de explicar, sea cual sea el lugar del que se quiere hablar. Asimismo sucede con el desarrollo de la violencia en la ciudad de Medellín. Sus causales se remontan a todo tipo de aspectos, bien sean políticos, económicos, sociales y hasta culturales.
Sin embargo, hay un conjunto de sucesos a lo largo de la historia de la ciudad que bien podrían dar bases sentadas del proceso de surgimiento y auge de la violencia en la ciudad.
Antes que nada hay que hablar del aspecto nacional. Desde los inicios de la vida republicana, el Estado colombiano no se puede jactar de haber tenido lo que algunos filósofos como Max Weber llaman “Monopolio de la violencia legítima” y que se refiere estrictamente al uso de la violencia como método usado por un Estado para mantenerse y ejercer dominio sobre la sociedad. En Colombia las armas las han dominado los gobernantes y sus opositores.
Esto genera factores de ingobernabilidad que se ven reflejados en la misma situación política de la nación. La misma historia nos recuerda que los partidos políticos tradicionales tenían un claro objeto: la eliminación del contendor para ser yo el que domine; por ejemplo, la guerra de los mil días en los inicios del siglo XX.
En el contexto estricto de la ciudad de Medellín esta situación política es, sin duda, uno de los factores influyentes, pero, no uno de los causales fundamentales de la violencia. Es, más bien, una de sus motivaciones.
Para estudiar el surgimiento de la violencia en la ciudad, es necesario que analicemos las siguientes cifras:
“Para 1951, Medellín duplicó su población con respecto a la de 1938: pasó de 168.266 a358.189 habitantes”(Datos: Contexto General de la Violencia en Medellín).
Este sustancial aumento se debió a la migración acelerada de la población rural de Antioquia a la capital del departamento, en búsqueda de prosperidad económica y, en algunos casos, huyendo de la situación de violencia política que para ese momento se acrecentaba, debido a la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
Los habitantes que llegaban a Medellín sin recursos económicos invadían territorios abandonados y allí construían sus casas; obviamente en condiciones desastrosas, sin ningún tipo de servicio público y en condiciones de vida indignas.
Sus posibilidades de conseguir empleo eran muy bajas. Era una población con bastos conocimientos en el aspecto rural, pero con nulos conocimientos de la vida urbana y los empleos de la ciudad. Una población poco competitiva que a falta de recursos ve en la informalidad una manera de conseguir el dinero necesario para subsistir.
Este factor era generador de una exclusión social clara. La pobreza y el desconocimiento por parte de la administración local que, en general, les negaba la posibilidad de tener servicios públicos y en algunos casos les obligaba a abandonar los predios invadidos por pertenecer a particulares, fueron motivos que empezaron a causar mella en esta población migratoria.
La iglesia y los partidos políticos se solidificaron como estamentos de inclusión social. El párroco de cada Iglesia se convierte en el referente barrial, mientras los partidos políticos aprovechan la situación para hacer su proselitismo en cada uno de los barrios y juntas comunales.
La violencia para la década del cincuenta y principios del sesenta se simplificaba en algunos casos aislados. El problema crecía bajo las sombras de la creciente ciudad.
Espera próximamente la segunda parte de este especial: Historia de la violencia en Medellín.
Johnatan, me pareció excelente el tema porque da luces sobre las causas profundas de la violencia en Medellín y eso, a su vez, permite evaluar la pertinencia de las medidas de la Alcaldía contra la violencia e incluso hacer predicciones sobre la evolución de la materia en la ciudad.
ResponderEliminarHola Johnatan. Encuentro pertinente este rastreo histórico de las causas de la violencia en la ciudad. Me parece que las entradas podrían ser más cortas y la titulación más efectiva. Te sugieron también mejorar la referencia de las fuentes consultadas.
ResponderEliminarJohnatan el tema es muy interesante, aunque me parece muy ambicioso, pues abordar este tema requiere de mucho tiempo y rigurosidad, te recomiendo que leas autores locales que han trabajado el tema como la profesora María Teresa Uribe, pues te puede dar luces sobre el origen de la violencia en la ciudad que no deja de ser el mismo origen de la violencia del país y lo digo pues me parece que en tu texto no está presente una parte muy importante de la historia (siglo XIX, después de la independencia) con todo el asunto de los "vecinazgos coloniales" "el proyecto mercantil y socio cultural de Antioquia" que genera el tema de excluidos e incluidos que termina por ser una base fundamental para comprender el asunto de la violencia.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios. Respondo a Elkin, comentándole que el tema sí es bastante ambisioso, pero busca una documentación a términos generales de los últimos 50 años de Medellín. La idea, es continuar con el proyecto, a partir de las fuentes en los barrios, personas de edad, que hayan vivido desde hace mucho en esas zonas de conflicto y estructurar una historia según los directos implicados.
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